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En lo profundo de las cavernas
del subconsciente.

Hoy en día la ciencia afirma que un ser humano normal mantiene el 95% de su estado de vigilia en la mente subconsciente.

 

Lo cual significa que estamos tomando decisiones que no son pensadas desde un análisis consciente. Además, se dice que la mente subconsciente posee una capacidad superior a cuarenta millones de Bits por segundo, lo cual la hace ser mucho más potente que cualquier computadora actualmente creada.

Estos datos y esta información nos sitúan en la urgente necesidad de revisar y atender de una forma más seria los procesos en nuestra mente subconsciente. Carl Gustav Jung definió el inconsciente como:

 

“todos los procesos psíquicos que están bajo el umbral de la consciencia”.

 

En mi caso y durante casi todo mi proceso del Despertar experimenté momentos de profunda sensación de sufrimiento,  los cuales seguramente venían de lo profundo de mi subconsciente. Ahí he encontrado guardados muchos “asuntos pendientes” los cuales, por falta de comprensión y madurez en determinadas situaciones de la vida no supe resolver y pasar a través de ellos. Yo siempre digo que el subconsciente se asemeja a un armario  en el que guardamos de manera desordenada todo aquello que no queremos ver.

 

Abrimos el primer cajón y aventamos la emoción como si fuera una ropa sucia que no estamos dispuestos a lavar, planchar y volver a usar.

 

 

De tal forma que todo lo arrojado al subconsciente se va apestando y llega a incomodarnos mucho. Eso que está ahí adentro espera el momento oportuno para volver a mostrarse, demandando ser atendido y es normal que salga por sí mismo, porque contiene mucha energía, casi tiene vida propia. Probablemente estos “asuntos pendientes” nos estén siguiendo desde hace ya varias vidas en las que nuestro Ser desea que “eso” ya sea resuelto, sin embargo, se complica cada vez más que lo evitamos. A estos “asuntos pendientes” en el hinduismo clásico, se les llama Samskaras. Son tan persistentes los samskaras que en el momento de reencarnar uno busca volver a un medio adecuado para enfrentarlos.

 

Por ejemplo, el hombre alcohólico que durante toda su vida nunca superó ese vicio, y que tal vez se debió a que en lo profundo de su subconsciente quería llenar una huella de abandono o una gran falta de amor propio, pues entonces tendrá que llegar a descubrir esa carencia interna que representa su Sanskara. Así que de acuerdo a la cultura de la India, tendrá que volver a la vida, después de la muerte física.

 

En un proceso de reencarnación que puede tomar una gran cantidad de oportunidades o vidas para que se resuelva ese “asunto pendiente”. Pero, lo interesante es que en cada ocasión que vuelva, lo hará dentro de un sistema familiar o social que le ofrezca la cercanía al alcohol como experiencia de vida. Así reencarnará entre alcohólicos para que tenga las formas propicias que le hagan llegar una vez más a su propio rechazo. Eso lo acercará a sus cavernas internas donde se encuentran sus “asuntos pendiente” en el subconsciente. Este hombre volverá las veces que sea necesario a afrontar su alcoholismo que es su tendencia o samskara, hasta que un día por amor a sí mismo pase a través de ello sin volver a hacerse daño, así quedará superado el vicio, como vehículo de perfeccionamiento y no tendrá que volver a repetirlo.

 

Carl Gustav Jung hablaba de la sombra: “la sombra está formada por energía psíquica reprimida que se proyecta en el exterior”. Así que el día que nuestro proceso del Despertar entra en el subconsciente, es como si abriéramos ese armario y un montón de ropa sucia se nos viniera encima. Eso duele, y duele mucho porque trae recuerdos que están ligados a asuntos sin resolver, que son incómodos y muy reveladores. Este entrar en el subconsciente es algo que el humano psicológicamente “Dormido” trata de evadir de muchas maneras, sin embargo en su evasión se topa de frente a sus samskaras, que son en muchos casos: las malas relaciones, la codependencia, el miedo, el maltrato, las adicciones, y muchas formas más que nos hacen sentir inferiores y nos desconectan de nuestro origen espiritual. Ese proceso de limpieza, creo que algún día tendrá su fin y seguramente será la consecuencia lógica de un Despertar absoluto, para llegar a lo que probablemente Federico Nietzsche nombraría como el “Súper hombre”. Yo considero que entrar en las cavernas del subconsciente es un gran privilegio sobre todo cuando se deriva de un proceso natural, cuando la vida misma te lleva de la mano hasta los infiernos internos, pues entonces sabes que encontraras ahí justo aquello que está listo para ser sanado y así liberarte un poco más. Una mente consciente observa este proceso como algo que debe ser vivido, sin juicio ni acción. 

 

Más allá de la intención de rechazar el dolor, se acepta pasar a través de lo que hay que sanar para poder entenderlo. De esta forma la vida cobra sentido al realizar el camino del Despertar que siempre nos va liberando y conduciendo hacia el amor.

 

Anton.

 

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