Es verdad que uno de los más altos valores que un ser humano pueda tener es la sensación de estar en paz consigo mismo y con su propia realidad. Sin embargo, el sistema en el que hoy vivimos nos tiene viviendo vertiginosamente y con una gran demanda de “necesidades” que nunca acabamos de satisfacer. Esto hace que la idea de una paz perdurable y natural, parezca una utopía.
Querer sentirse en paz tiene sentido y con esto me refiero a que es alcanzable y sostenible, muy contrario a la idea de ser feliz, lo cual implica querer sostener un estado de flujo. La felicidad es hermosa pero pasajera, de ella han hecho un producto y una necesidad, sin embargo resulta muy estresante querer siempre ser feliz y esa es una de las principales causas de desasosiego, o sea falta de paz. Sin embargo un buen target sí es querer tener paz.
Aunque parece mas ambicioso y complicado, es en realidad el estado natural de nuestro Ser.
Cuando eras un bebe, vivías en paz, te entretenías observando todo tu entorno con mirada de asombro y siempre y cuando tus necesidades básicas estuvieran cubiertas, tu estabas en paz. Pero, en tu proceso de desarrollo con el mundo, comenzaste ha identificar las cosas y a las personas a tu alrededor, a sentir placer o rechazo ante ciertos estímulos, descubriendo así una mente que elegía entre me gusta y no me gusta, o lo que es mío y lo que es de algún otro niño.
El ego se inició desde la creación de tu propia identidad y no volvió nunca más a separarse de tí. Así ese bebé, libre de apegos, juicios y necesidades secundarias, se fue convirtiendo en un personaje muy diferente. A pesar de sus logros, éxitos y reconocimientos, llegó a la edad adulta con muchos miedos, resentimientos y sobre todo con una enorme carencia de paz. A estas alturas el personaje desde el cual interpretas la vida, te dice que vivir en paz es imposible.
Aquí es donde entra la posibilidad de buscar nuevas formas de recuperar ese estado natural del Ser. Es aquí precisamente dónde “Despertar” tiene sentido. Sócrates decía: “una vida sin consciencia no merece ser vivida” y yo digo que una vida sin consciencia no esta siendo vivida. Es más bien un sub producto de la mente que vive a través del ego, el cual nos impide conectar con nuestra esencia primordial y lograr una vida plena.
La cuestión es que realmente uno puede recuperar ese estado de plena paz, pero para ello se requiere adentrarse en un mundo interior al cual se puede acceder por medio de técnicas que existen desde hace miles de años y que ahora Anton pone a tu alcance.
–Anton Teruel-
Autor de 5 libros




